El guardián invisible - Dolores Redondo

¡Hola de nuevo, mis lectores! Ya vuelvo a la carga con más reseñas, que sí, me he puesto las pilas con ellas xD Por suerte para mí y no tanta para vosotros (creo), esto cambiará la semana que viene, porque van a pasar ciertas cosas que me impedirán publicar. Ya veré que hago para que esto no se quede muy muerto, aunque ya os avisaré más adelante. De momento, os dejo con esta reseña del libro de Dolores Redondo. Espero que os guste ^^

Saga: Trilogía del Baztán (1/3)

Nombre: El guardián invisible

Autor: Dolores Redondo

Páginas: 440

Editorial: Destino

Reseña: (Sin spoilers)

La inspectora Amaia Salazar ha sido elegida para investigar los crímenes que se están dando en el valle del Baztán: niñas y chicas jóvenes que aparecen cada vez con más frecuencia, en lugares recónditos del bosque, y con una composición macabra. Sin apenas pistas y con señales contradictorias, la inspectora Salazar tiene que volver a Elizondo, el pueblo donde se crio, y descubrir quién está dejando un rastro de cadáveres, al tiempo que se enfrenta a sus propios fantasmas.

Mi opinión: (Con spoilers)

La historia

El guardián invisible comienza con la inspectora Amaia Salazar yendo al escenario de un crimen. Allí se encuentran con una escena macabra: una chica joven, estrangulada, con la ropa rajada y las palmas de las manos vueltas hacia arriba. Una horrible estampa donde resulta incongruente la presencia de un txantxigorri, un dulce típico de la zona. No tardan mucho en descubrir que no es este el primer caso, y que hay un asesino en serie actuando en el valle del Baztán, aunque hay algunos que, por las extrañas circunstancias, se lo atribuyen al basajaun, una criatura mítica que habita los bosques. Amaia es la encargada de investigar los casos y de hallar al culpable. Para ello, tendrá que volver a Elizondo, el pueblo donde se crio, y de donde era la víctima, para poder descubrir quién es el asesino. En Elizondo, además de más preguntas sin respuestas, se encontrará de frente con sus fantasmas, y se verá obligada a enfrentarse con ellos. Conforme más investigan, menos sentido van teniendo las respuestas, y el asesino continúa impune, dejando tras de sí un creciente rastro de cadáveres.

Había leído gran cantidad de críticas muy buenas de este libro y cada vez que entraba en la librería me miraba fijamente, queriendo que lo comprara. Finalmente, lo compré para ver si era verdad lo que decían de él. Y aunque me ha gustado, he tenido ciertos problemas con él. La historia en sí me ha gustado, me ha resultado curiosa y, como buena aficionada a la novela negra, tenía mucho interés en saber quién era el asesino. Conforme van pasando las páginas, la trama de asesinatos va complicándose: aparecen más cadáveres, las pistas llevan a callejones sin salida y las pocas que van apareciendo nuevas solo suscitan más preguntas. Por si fuera poco, además de los asesinatos, hay más problemas: en el propio equipo de Amaia, el encargado de investigar los crímenes, hay distensiones internas. Los colegas de Amaia, los que deberían ayudarlas y darle su apoyo, parecen más interesados en mirarla mal o en no presentarse ejemelmalditoMontesejem, que en otra cosa. La propia Amaia tiene más problemas con los que lidiar, con los recuerdos de su pasado, que vuelven a atormentarla cuando vuelve a Elizondo, y con su familia, especialmente con su hermana Flora, que es un mal bicho, de los peores, que no duda en lanzársele al cuello a la primera ocasión que se le presenta.

En general, la historia me ha gustado. La trama está bien y, aunque me olía quién era el culpable (ya sabéis que soy MUY aficionada a las series y novelas con asesinatos), eso no me ha impedido disfrutar de la novela. Sin embargo, sí que ha habido algo que me ha impedido disfrutarla enteramente y ha sido la forma de escribir de la autora. Yo he tenido un problema enorme con su forma de escribir: los diálogos me sacaban de la historia, la información llegaba de golpe, sin apenas dosificarse y las frases eran gigantescas. Personalmente, si los diálogos me resultan forzados, me sacan de la novela de manera irremediable y en este no había casi ningún diálogo que no me echara a patadas de ella. La cosa era que los diálogos que había en El guardián invisible, me parecían de lo más forzados: usaban palabras que la gente, cuando habla normalmente, no emplea (no lo hago ni yo, que cuando me enfada uso palabras más complejas), y eso me chocaba enormemente. Además, las comas y los puntos me parecían que estaban mal colocadas y, aunque yo no soy escritora ni profesora de lengua ni nada, creo que deberían haberse revisado porque de verdad que me resultaba forzado y antinatural. Otro problema que tuve fue con las frases tan largas que había en la novela. Había un párrafo que ocupaba más de una página entera y una frase que ocupaba como seis o siete líneas y que tuve que leer tres veces antes de enterarme. Y aun así no la comprendí totalmente. Debido a esto, había momentos en los que acababa leyendo el párrafo en diagonal. No fue en muchas ocasiones, porque no soporto hacerlo, pero hubo momentos en los que simplemente no pude evitarlo y tuve que saltarme algunas cosas. Sumado a esto, había ocasiones en las que hablaban de manera técnica, te largaban un párrafo escrito de esta manera, por lo que me costaba seguir leyendo, y tenía que hacerlo más despacio. Ese ha sido el mayor problema que he tenido con el libro.

Los personajes me han gustado. No me han encantado, y algunos les he cogido mucho odio, pero, personajes como Amaia o Jonan me han gustado. Amaia porque veo que se ha abierto camino en un mundo de hombres y que está decidida a resolver los asesinatos, enfrentándose a quien sea necesario. Jonan es un tío normal y corriente que, por suerte, ayuda a Amaia y la apoya. Por eso me veo que van a acabar matándolo, pero eso es una corazonada mía. Si os soy sincera, he tenido un lío con los nombres que no era ni normal. A Jonan no lo confundía con nadie, pero entre Iriarte, Zabalza y Montes tenía un problema, sobre todo con los dos primeros, porque no me quedaba claro quién era quién. Iriarte me resultaba algo indiferente, aunque era una buena persona. Zabalza me cayó mal y Montes era horroroso. Era muy secundario, porque se pasaba más tiempo fuera que dentro de la comisaría, pero era un borde, desagradable, que solo criticaba y ponía faltas mientras él se largaba, así que no lo soportaba. Al final me dio un poco de pena, pero aun así me cayó como una patada… Con respecto a la familia de Amaia, mi miembro favorito era la tía Engrasi, que era algo así como una persona normal (a pesar de lo del tarot), aunque Ros también me cayó bien, la pobre sufrió mucho. James era una buena persona, pero muy secundario, y algo soso. Flora era un ser despreciable, que tras el final, no tengo claro si me cayó mal o bien. Probablemente mal todavía pero puede que la respete un poco más.

Hablando del final, ha habido detalles que me han parecido… Particulares. Un poco extraños, pero que le dan un toque simpático a la historia (en realidad, “simpático” no es la mejor manera de describirlo, pero de momento se queda así xD). Si bien este es un libro realista, tiene toques de la mitología vasca (que te la meten un poco a presión, ahora que me acuerdo), y finalmente no queda muy claro si es real o no. Aunque mejor así, no era el objetivo del libro el centrarse en la mitología y así lo prefiero.

Respecto al final del caso, había un par de detalles que me veía venir, como quién era el asesino, o que las mordeduras no le pertenecían. Esto, sin embargo, no impidió que me sorprendiera porque fue más bien algo que pensé, a lo que no le di muchas vueltas, y era un poco de sentido común: si no lo había hecho hasta entonces, ¿por qué iba a empezar en ese momento? Me pareció extraño, y por eso supuse que eran distintos, pero aun así me sorprendió y el final hace que quieras leer el siguiente, a ver cuándo me pongo con él…

En conclusión, ha sido un libro que me ha gustado. Ha tenido una historia interesante, y un buen caso, aunque lo habría disfrutado mucho más de no haberme disgustado tanto la forma de escribir de la autora. Que no digo que escriba mal, pero cuando leía me agobiaba y los diálogos me sacaban de la historia. Es algo totalmente personal, que no tiene que pasaros a vosotros pero yo es que no podía con eso. ¿Lo recomiendo? Sí, al fin y al cabo, el caos me ha gustado. ¿Me leeré el segundo? Sí… Pero cuando me olvide de mi problema con la pluma de la autora, probablemente, si no es que me quedo sin lectura y decido comprármelo, que no creo que pase pronto, pero bueno. Lo importante es que, salvo por ciertos detalles, ha sido una buena lectura.

Los personajes

Amaia Salazar, la inspectora de policía encargada de investigar el homicidio de las niñas. Es una mujer decidida, que se ha abierto camino en un mundo de hombres, y por ello se merece mi admiración, sobre todo teniendo en cuenta la panda de inútiles con exceso de testosterona que la rodea… Hay momentos en los que querría decirle cuatro cosas, porque me enervaba de vez en cuando pero, por norma general, no me molestado demasiado.

Lo mejor

La historia en sí ha estado bien, ha sido bastante interesante, y el final te deja con ganas de más.

Lo peor

La forma de escribir de la autora, que me impedía concentrarme totalmente en la historia, y me sacaba de la novela.