¡Hola de nuevo! Sé que hoy es martes y que, en teoría, tocaría TTT pero últimamente los temas propuestos no me dicen nada así que he decidido subir esta reseña que pretendía subir ayer y que al final no logré terminar. Supongo que ya os lo avisaré más adelante de nuevo, pero la semana que viene empiezo los exámenes y no estaré mucho por aquí. De momento, os dejo con esta reseña y espero que tengáis una feliz semana ^^
Saga: Las Crónicas de Kane (1/3)
Nombre: La pirámide roja
Autor: Rick Riordan
Páginas: 480
Editorial: Montena
Reseña: (Sin spoilers)
Carter Kane vive con su padre,
arqueólogo, desde la muerte de su madre. Nunca se quedan mucho tiempo en ningún
sitio y no tiene nadie a quien llamar amigo. Sadie Kane vive con sus abuelos en
Inglaterra desde que su madre murió. Va a un buen colegio y tiene varias
amigas. Dos días al año, ve a su hermano Carter y a su padre. El día de
Navidad, su padre va, como todos los años, a recogerla, para irse ellos tres al
Museo. Sin embargo, esta vez las cosas son distintas: su padre les hace
encerrar al director del museo y después les hace salir de las sala. Ellos no
le hacen caso y entran, a tiempo de ver cómo su padre libera a Set, dios del
caos. Solo ellos lo saben y tienen apenas unos días para evitar que Set
destruya el mundo por completo.
Mi opinión: (Con spoilers)
La historia

La pirámide roja nos cuenta la historia de Carter y Sadie Kane, dos
hermanos que han llevado dos vidas diametralmente opuestas: Carter vive con su
padre, un egiptólogo, viajando de un lugar a otro, sin quedarse mucho tiempo en
el mismo lugar. Sadie, por su parte, vive con sus abuelos maternos (que odian a
su padre y a su hermano, por cierto) en Inglaterra y apenas si ve a Carter y a
su padre. Solo lo hace dos días al año, uno de ellos, Navidad. Ese año, cuando
su padre va a recogerla, van los tres al Museo Británico aunque las cosas son
distintas: su padre les hace encerrar al director del museo en su despacho y
después les dice que se marchen. Sin embargo, ellos no les hacen caso y se
meten en la sala con él. Gracias a esto, ven cómo su padre han algún tipo de
magia y aparece un hombre de la nada, que acaba encerrando a su padre en su
sarcófago. Apenas logran salir y, cuando lo hacen, se enteran de que su padre
es un poderoso mago y que estaba invocando a Osiris, dios de los muertos. Por
desgracia, la cosa salió mal y no fue Osiris el que apareció, sino él y otros
cuatro dioses más, entre ellos Set, el dios del caos. Nadie les cree y son los
únicos que saben de los planes de Set y su ansia de acabar con el mundo, por lo
que deberán frustrarlos ellos solos. Y solo cuentan con un par de días…

Si os soy sincera, leí este libro
porque Rick Riordan es un autor que ha acabado por gustarme mucho tras leer su
saga de Percy Jackson. No sé si estos libros son anteriores, posteriores o
contemporáneos a ellos, pero, hablando de mitología, y gustándome lo que me
gusta el autor, tenía que leerlos sí o sí. Y puedo decir que me ha gustado
bastante. Como supongo que ya sabréis, y si no, os lo digo, yo no soy de las
que comparan libros entre sí, y esta no ha sido una excepción, por lo que os
diré lo que me ha gustado cómo libro y no en comparación con los libros de
Percy. La verdad es que el esquema de los libros no es nada del otro mundo: dos
chicos que ven algo sobrenatural o mágico y que se ven embarcados en una
aventura para salvar el mundo. ¿Os suena? Pues claro que sí aunque eso no evita
que los disfrutemos como el primer día. Y este es un libro que he disfrutado
mucho. En la estructura no aporta nada nuevo, como ya os dije, pero la historia
es realmente interesante, curiosa, y te atrapa con rapidez. Esto es debido a la
gran capacidad que tiene este autor para hilar acontecimientos y unir la
mitología, en este caso la egipcia, con la actualidad, creando una trama
adictiva.

Los protagonistas son dos
hermanos, Sadie y Carter Kane. Carter no ha tenido un hogar estable desde la
muerte de su madre y Sadie no ha tenido padre ni hermano desde entonces. Ambos
son unos personajes con una historia triste, que han tenido que salir adelante
desde muy pequeños. Su relación al principio es más de parientes lejanos que de
hermanos pero, conforme se van desarrollando los acontecimientos, su relación
se va estrechando más, hasta ser como la de unos verdaderos hermanos, llegando
al punto de que no pueden pensar en volver a separarse. Como hermanos que son,
se van metiendo en uno con el otro y, a menudo, en el libro, al ser,
supuestamente, una grabación de sus aventuras, te meten comentarios que dice el
que no está hablando, normalmente para molestar al otro. Sadie, aun a pesar de
ser la más pequeña, es muy decidida y se lanza a la aventura con los ojos
cerrados. Carter es más cuidadoso, miedoso, podría decirse, y está acostumbrado
a seguir a su padre por lo que, cuando este desaparece, se queda un poco cojo.
Dicen que se llevan fatal y, a veces, es así, pero acaban por apoyarse
mutuamente, por darse fuerza y terminan por quererse, a pesar de no demostrarlo
verbalmente, aunque se nota mucho la verdad. Lo cierto es que me gustaba más
Carter que Sadie, que al principio me parecía algo repelente aunque, conforme
iban pasando las páginas me iba cayendo mejor. Además, es que, ¡Carter lee! Y
cualquier personaje masculino que lea me gusta de momento, pues casi nunca me
encuentro a personajes así. Secundarios los hay a patadas, sin ser exagerada,
pues entre la familia, los dioses y los magos, tienen personajes para dar y
regalar. Los que más me han gustado más, aparte de los protagonistas, han sido
Bast y Anubis. Bast es la diosa gato egipcia, un verdadero encanto, que se
ocupa de proteger a los niños. Anubis apenas sale pero tengo debilidad por esta
clase de personajes y tengo muchas ganas de que vuelva a salir.

Siendo sincera, yo soy incapaz de
identificar los rasgos característicos de cada autor, pero Rick Riordan tiene
algo que lo hace inconfundible: todo su relato se caracteriza por tener tintes
humorísticos, no es que esté lleno de bromas si no que los personajes tienen
cada uno una personalidad diferente y reaccionan como lo harían personas de
verdad, teniendo a veces unos verdaderos puntos que pueden llegar a arrancarte
una carcajada. El aspecto mitológico está muy integrado en la novela y la verdad
es que en ningún momento me ha parecido forzado o metido con calzador. Todo te
lo van explicando y mucho de lo que ocurre en el libro te lo explican desde el
principio, solo que aparece de una forma que no te esperaba. Los detalles se
van enlazando y, si bien al principio esperas que Sadie y Carter vayan
únicamente en busca de su padre, al final acaban huyendo de los magos que
quieren matarlos, intentando derrotar a Set, escapando de los esbirros de Set que
quieren matarlos, ayudando a dioses y lidiando con los que ellos mismos llevan
dentro. Porque, sí, Rick Riordan incluye a los dioses de una manera un tanto
peculiar, y es que hace que sean algo así como “huéspedes” en el cuerpo de otra
persona, en este caso, Sadie y Carter lo que a los pobres les trae más ventajas
que problemas.
“— ¡Morid, enemigos de Ra! — bramó
Sejmet —. ¡Pereced en intensa agonía!
«Es casi tan molesta como tú»,
dije a Horus.
Imposible, replicó él. Nadie supera a Horus.”

Como ocurre en los libros de
Percy, en La pirámide roja, nos encontramos
con acción a raudales. Al principio no lo parece pero llega un momento en el
que es, simplemente, un no parar y las cosas se suceden una tras otra sin
descanso. El final es en sí bastante cerrado pero al mismo tiempo abierto: se
cierran la mayor parte de las líneas argumentales desarrolladas durante el
libro pero, en los últimos capítulos, se abren otras distintas que supongo
serán importantes en los siguientes Por esta razón, me he mosqueado un poco,
porque yo pensaba que estaba todo listo y de pronto llega el autor y le da la
vuelta a la tortilla a lo bestia. Bueno, mosqueado no es la palabra adecuada,
más bien, me he quedado perpleja. Algo que me ha gustado un poco menos, además
de la actitud de Sadie al principio, que después mejoró, es que apenas sabemos
de magia. Sí, te dicen un poco sobre cómo funcionan pero casi todo se lo van
chivando los dioses y me quedé con ganas de que hubiera más, aunque tampoco
molesta demasiado.
Los personajes
Carter
Kane, el mayor de los dos hermanos. Al principio parece algo miedoso
pero creo que es más bien que está acostumbrado a seguir las órdenes de su
padre, porque confía ciegamente en él y, cuando este desaparece, se queda sin
su mayor apoyo. Poco a poco comienza a confiar más en sí mismo y va volviéndose
más valiente y más lanzado, siempre dispuesto a proteger a aquellos que le
necesiten. Es una persona noble y valiente, oculta bajo una capa de inseguridad
y poca confianza en su persona.
Sadie
Kane, la menor de los hermanos. A diferencia de Carter, ella es más
decidida, siempre con una réplica a punto y proyectando una imagen de seguridad
y arrogancia que difiere de la realidad. Lo cierto es que ella ha sufrido mucho
también y no perdona que su padre se fuera con Carter y la dejara sola con sus
abuelos, aun a pesar de haber tratado de quedarse con ella. Al final ves que es
una persona fiel y que quiere a su hermano y a su padre, a pesar de lo que
pudiera parecer en un principio.
Lo mejor
Cómo la historia va complicándose
paulatinamente y como cada acontecimiento va hilándose, dando lugar al
siguiente. Los personajes también son un punto fuerte, cada uno con una
personalidad bien definida.
Lo peor
Que no hay tanta magia como me
gustaría.