Desconexión - Neal Shusterman

¡Hola mis queridos lectores! Hoy os traigo una reseña de un libro al que le tenía muchas ganas. Pensaba haberla subido el lunes pero la he acabado hoy así que me temo que las leyes del universo no me lo permitieron... Pero espero que os guste ;)

Saga: Desconexión (1/3)

Nombre: Desconexión

Autor: Neal Shusterman

Páginas: 416

Editorial: Anaya

Reseña: (Sin spoilers)

Tras el Tratado Vital se estableció la Desconexión, un proceso que permite “abortar” a un niño de edad comprendida entre los trece y los dieciocho años, pues, técnicamente, no muere. Su cuerpo seguirá vivo, solo que en estado diviso. Connor es un chico problemático que se niega a ser desconectado, por lo que no dudará en huir cuando descubre que sus padres han firmado la orden. Risa es una huérfana de la que el estado no puede ocuparse, así que, cuando se le presenta la oportunidad de escapar, lo hace. Lev es un diezmo, un niño criado para pensar que su vida se debe a Dios y que debe presentarse para la Desconexión. Él está de acuerdo con esto, hasta que es secuestrado de camino a la Cosechadora y su mundo se pone patas arriba.

Mi opinión: (Con spoilers)

La historia

Desconexión es una distopía, me parece, aunque una bastante extraña. El mundo no está destruido tras una gran guerra, pero se está cayendo a pedazos. La gente ha perdido la cabeza, y acepta la Desconexión como algo natural. Y si no la acepta, se aguantan, al menos en su gran mayoría. La Desconexión es un proceso que apareció con el Tratado Vital. Hubo una guerra, entre aquellos que defendían el aborto y los que decían que la vida era algo inviolable. El Tratado Vital fue un término medio entre ambas posturas: defendía que la vida era algo inviolable desde el momento mismo de la concepción hasta los trece años. Sin embargo, entre los trece y los dieciocho años, un niño podía ser “abortado”, siempre y cuando continuara viviendo. Así surgió la Desconexión. Este es un proceso que permite dividir al niño en cuestión, para dar sus partes del cuerpo como trasplantes a quienes lo necesiten. El niño sigue vivo, aunque en estado diviso. Se defiende como algo bueno, aunque a aquellos sobre los que dan la orden de desconectar, no les hace mucha gracia. Este es el caso de Connor, que nunca sospechó que sus padres pudieran firmar el impreso. Una vez se enteró, no tardó demasiado en decidir que quería vivir y en planear su fuga, aunque supiera que podían cogerlo con bastante facilidad. Risa siempre ha tratado de ser la mejor pianista, pero tratar no quiere decir que lo sea así que, cuando se quedan sin sitio en el orfanato, ella es una de las desafortunadas elegidas para ser desconectados. Aunque no era su intención, cuando se le presenta la ocasión huye del destino que le han impuesto. Claro que siempre hay gente que está de acuerdo con este proceso. Uno de ellos es Lev, criado como diezmo, que acepta su desconexión no como algo inevitable, sino como un honor. Cuando es secuestrado por dos desconectables a la fuga, su vida da un giro de 180º grados.

He aquí, mi vena más cruel xD

Habréis leído alguna que otra reseña de este libro, muy probablemente. Yo lo había hecho, y entiendo por qué, porque lo cierto es que es un libro distinto. Es crudo, a veces brutal, no tanto por lo que pasa, si no por lo que cuenta, y diferente a lo que estoy acostumbrada. La verdad es que yo pensaba que iba a ser peor, por todo lo de la Desconexión, pero esta no aparece tanto como esperaba. A pesar de esto, hay un momento en el que lo pasé bastante mal, en el capítulo de la Cosechadora. Los que habéis leído el libro, supongo que me entendéis. Aparte de ese capítulo, no había nada tan fuerte como me esperaba. Y, en realidad, ese capítulo no es como me lo esperaba pero, madre de mi vida, ¡qué mal lo pasé mientras lo estaba leyendo! Bueno, lo que quería decir es que la mayor parte de las reseñas lo ponen muy bien, y comprendo el porqué de esto. Si bien Desconexión no me ha gustado tanto como a la mayor parte de los bloggeros cuyas reseñas he leído, sí que ha sido un libro que me he alegrado de leer. Es un libro curioso, distinto, y que te hace pensar, sin duda alguna, y eso es algo que yo agradezco cuando leo un libro.

La historia en sí está bien, es interesante ver cómo se entrelazan las vidas de estos tres adolescentes sin nada en común, aparentemente. Ves cómo se van relacionando, cómo se influyen mutuamente y van cambiando, van evolucionando, para bien y para mal. Al mismo tiempo, eres consciente de la sociedad en la que viven y de cómo distintas personas pertenecientes a esta reacción ante los desconectables y la desconexión. Y, la verdad, sus reacciones son simplemente despreciables. A la mayor parte de ellos la desconexión les parece algo bueno, a algunos, incluso encomiable, y me molesta. Están a favor de una práctica despreciable que supone la muerte de estos chicos, y a mí no me venden la moto diciendo que siguen vivos, no señor. Además, sabes perfectamente cuál es su postura porque el autor no solo narra desde el punto de vista de Lev, Connor y Risa. Estos son los principales personajes, aunque también hay algunos secundarios que tienen su capítulo: una profesora, una enfermera, un policía de la brigada juvenil… Todos son personajes con los que nuestros protagonistas se encuentran en su huida, y que les ayudan o quieren pararlos. Obviamente no te muestran todas y cada una de sus posturas con este asunto, porque no se puede, pero sí que te lo enseñan con muchos y es algo que me ha gustado leer, aunque tengo que reconocer que el libro se me hizo algo lento y, una vez llegan al Cementerio, esto se acentúa. Por suerte, no es algo que me haya molestado mucho cuando leía, solo me hacía la lectura algo pesada.

Los personajes con todos diferentes entre sí. Solo tienen en común que van a ser desconectados, y hasta en eso no coinciden del todo. Connor es impulsivo, no piensa antes de actuar y por ello se mete en peleas tontas y se enemista con gente peligrosa. Poco a poco comienza a reflexionar y planear cuidadosamente sus movimientos, aunque no deja de ser un adolescente, una persona normal, y mete la pata, como todos. Risa, por su parte, es más calculadora, piensa más lo que hace y lo que sus actos podrían desencadenar. Se le da bien calar a la gente, por lo que sabe con quién tiene que tener cuidado y quién podría ayudarlos en caso de necesidad. Lev es, con mucho, el personaje que más cambia y, pasa por los extremos. Va rebotando de un lado a otro, prácticamente. Al principio quiere ser desconectado y piensa que eso es lo mejor que le podría pasar, y acaba dándose cuenta de que puede que no esté en lo cierto. Al principio es desesperante por su actitud, y al final también lo es un poco, pero por razones completamente distintas. Y es que Lev entra en una espiral de rabia y destrucción que amenaza con llevárselo por delante. A pesar de esto, es mi personaje favorito, junto con Hayden, aunque rengo que decir que cuando más me gustaba era cuando estaba con Cy–Fi (y eso a pesar de que leer su acento me daba dolor de cabeza).

En conclusión, ha sido un libro que me ha gustado. No ha sido lo que me esperaba, es bastante más suave de como creía que iba a ser, pero esto no me ha impedido disfrutarlo. Es una historia bastante lenta, con un ritmo muy pausado que, si bien se me ha hecho algo pesado por momentos, sobre todo cuando estaban en el Cementerio, no me ha molestado demasiado. Por lo demás, los personajes me han agradado, sobre todo Lev, porque atraviesan un gran cambio y tú lo ves de primera mano. En definitiva, es un libro que me ha gustado, si bien no es todo lo que yo esperaba que fuera.

Los personajes

Risa, es una huérfana de quince años al cuidado del estado. Es una gran pianista pero, para el estado, no lo suficiente por lo que, cuando tienen que reducir la población a su cuidado, ella sale elegida para ello. Aunque no es su intención, cuando tiene la oportunidad de hacerlo, no duda en escapar para intentar sobrevivir, yendo siempre a la fuga. Es inteligente, y calculadora en algunos puntos, lo que les viene bien a los tres.

Connor, un adolescente problemático que no se esperaba que sus padres fueran a dar la orden de desconectarlo. No quiere que le desconecten, así que toma la decisión de fugarse, a pesar de que sabe que es muy complicado que la policía no le coja. Es muy impulsivo, y actúa muchas veces sin pensar, aunque poco va cambiando de forma de pensar, gracias a la ayuda de Risa, sobre todo.

Lev, un diezmo. Lleva los trece años de su vida oyendo que deberá entregarse a Dios mediante la desconexión. Él lo ve como un honor, y lo acepta sin reservas. Cuando es secuestrado por Connor y Risa, trata de escapar de ellos para dirigirse a su destino pero, poco a poco, va viendo que tal vez las cosas no tienen por qué ser así. Es bastante calculador y algo manipulador. Sin duda, es el personaje que más cambia de toda la novela.

Lo mejor

Es una historia muy original y distinta a las que estoy acostumbrada a leer, lo que hace que no puedas dejar a leer, a pesar de que es un poco lento en su desarrollo.

Lo peor

El capítulo de la Cosechadora. Lo pasé fatal leyéndolo. Aparte de eso, la mentalidad de Lev al principio es muy frustrante.