Agent Carter

¡Hola mis queridos lectores! ¿Qué tal por ahí? No sé vosotros, pero aquí hace un calor que reblandece los adoquines... Pero bueno, metido en casita, se soporta algo mejor xD Hoy os traigo otra entrada sobre una serie que, como ya debéis saber, me chiflan. Espero poder traer la de Teen Wolf la próxima vez, pero, de momento, os dejo con Agent Carter ;)

Nombre: Agent Carter

Temporadas: 1 (2ª en preparación)

Año: 2015–actualidad

Duración: 40 minutos por capítulo

Idioma: Inglés

Argumento

Tras la Segunda Guerra Mundial, la agente Peggy Carter trabaja para la Reserva Científica Estratégica. Trata de hacerse valer, y de demostrar que puede ser tan buena como cualquier hombre. Lamentablemente, sus compañeros la menosprecian por el mero hecho de ser mujer, y tendrá que apañárselas como buenamente pueda para que la tomen en serio. Incluso si eso significa ayudar a Howard Stark a demostrar su inocencia tras ser acusado de traición, convirtiéndola a ella en una traidora.

Mi opinión

La verdad es que esta es una serie a la que no tardé en hincarle el diente tras enterarme de su existencia. Me interesaba especialmente que estuviera en inglés y el que fuera tan cortita, ayudaba. Además, Peggy Carter era un personaje que me llamaba mucho la atención tras haber visto Capitán América de modo que era una ocasión perfecta para saber más de ella y de cómo le fue tras la Segunda Guerra Mundial. Y lo cierto es que no le iba muy bien. Por lo menos, no al principio. Durante la guerra, todo el mundo era importante y ella había encontrado su lugar. Sin embargo, cuando todo acaba, ella acaba relegada a un trabajo de oficina. Es una mujer competente, una de las mejores agentes de campo y, además, tiene dos dedos de frente, pero el mundo vuelve a estar regido por hombres, y nadie cree que ella sea capaz más que de llevar cafés. Y además, haciéndolo bastante mal. Pero Peggy es Peggy y sigue en sus trece, empeñada en hacer que sus compañeros se traguen sus palabras (y la respeto por ello). Por eso, cuando su antiguo amigo Howard Stark acude a ella en busca de ayuda tras ser acusado de traición y de robar sus propios inventos, Peggy decide ayudarle. Se convierte así en una agente doble, corriendo el riesgo de ser también acusada de traición por tratar de ayudar a su amigo. Stark, por su parte, le deja como “ayudante”, a su mayordomo, Jarvis, para que, entre otras cosas, le explique para qué sirve cada invento, y por qué representa un peligro.

Como ya os habréis dado cuenta, las cosas de Marvel me gustan muchísimo, y esta serie no ha sido una excepción. Es realmente corta, con solo ocho episodios pero esto es porque estaba previsto emitirla durante el parón de Agents of SHIELD, de modo que ha sido inusualmente breve. Nuestra protagonista es Peggy, la que, antes de su desaparición en el Atlántico, era novia de mi querido Capitán América. Ahora es la secretaria barra camarera barra chica de los recados de la agencia en la que trabaja. Ella quiere hacer algo importante, como en la guerra, quiere exprimir todo el potencial que sabe que tiene, pero los ceporros que tiene por compañeros no se lo permiten. Si no es para subirles el café, no quieren tener nada que ver con ella. Pero Peggy no está dispuesta a que la mangoneen y hace todo lo que tiene que hacer para demostrar su valía, aunque sea robando, mintiendo, espiando… Todo lo que sea necesario, vamos. No le importa demasiado el medio, siempre y cuando consiga su fin: en este caso, cerrarles la boca a esos imbéciles y demostrar que Howard Stark es inocente. Esto es algo que me gusta mucho de Peggy, y es que nunca se rinde. Llega un momento en el que toca fondo, pero siempre acaba levantándose. Para ella, el deber, la justicia, todo lo que Steve defendía, es lo más importante de todo y hará todo lo que esté en su mano para cumplirlo. Intentará crear el mundo que Steve buscaba, y es por eso que hará lo que juzgue necesario. Por eso ayuda a Stark, porque sabe que él es inocente. Sabe que, por muy libertino y muy “Stark” que sea, nunca traicionaría a su país, y está dispuesta a demostrarlo.

La trama, por tanto parte de ahí, y parece muy sencilla. Al principio, lo es, es tremendamente sencilla pero, conforma van avanzando los capítulos, la cosa se embrolla y se complica todo muchísimo más. Es por eso que los últimos capítulos son los más interesantes, porque es cuando se ve la verdadera magnitud de la trama y a lo que se enfrenta nuestra protagonista. Me gusta cuando hay más de lo que parece a simple vista y aquí hay muchísimas cosas ocultas, y varios giros argumentales, sobre todo cerca del final, que te dejan con la boca abierta. Sí que hay ciertas cosas que parecen un poco cogidas por los pelos pero, teniendo en cuenta el tipo de serie al que nos enfrentamos, era de esperar. Es más, de lo contrario, creo que me habría sentido hasta estafada. Los inventos de Stark son cada uno de su padre y de su madre. Son extraños, mortales y, como ya lo fue Ultrón, muchos productos de errores. Y el resultado es altamente catastrófico. Aquí es donde entra en juego Jarvis (no, no es el mismo. Este es un hombre de carne y hueso, que más tarde inspirará a Stark hijo a la hora de crear su Jarvis). Jarvis es el mayordomo de Stark, que se queda con Peggy para ayudarla a la hora de saber cómo de peligroso es cada artefacto, y qué hace exactamente. Este es un hombre extremadamente particular. Es un hombre que es, ante todo, un mayordomo. Y se comporta como tal, siendo siempre de manera correcta y educada. Y, a pesar de sus carencias (todas en el aspecto de agente secreto. Al fin y al cabo, el hombre es el mayordomo, no el guardaespaldas), se convierte en un apoyo importante para Peggy, y se le acaba cogiendo bastante cariño. Jarvis es una persona sincera y leal, y, si bien trabajar para Howard no es lo más fácil del mundo, lo hace sin dudarlo. Jarvis se convierte en el complemente perfecto para Peggy, siendo muchas veces lo que ella necesita.

En definitiva, es una serie que, a pesar de lo breve que es, engancha bastante. Con unos personajes que se acaban ganando tu cariño y una trama que se va embrollando paulatinamente, Agent Carter es una serie que me ha gustado mucho más de lo que esperaba. Su protagonista merece la pena, siempre luchando por sus ideales y buscando demostrar que ella es más de lo que los demás ven, es un ejemplo de constancia y superación personal que ya muchos querrían para sí mismos.