Bajo el cielo eterno - Veronica Rossi

Hey there! ¿Qué tal vuestro lunes? EL mío regulón, he tenido que ir al dentista, algo que no me hace ninguna gracia, pero bueno... Qué se le va a hacer... Como veis, hoy traigo otra reseña y es que tenía un montón de libros leído y sin reseñar y he decidido ponerme las pilas. Lamentablemente, y como viene siendo costumbre, no es un libro que me haya gustado gran cosa... Esperaba más de él, pero no ha sido así. Sé que a muchos les ha encantado, pero conmigo no ha sido así. Por cierto, no sé si lo habéis visto, pero el booktrailer no tiene desperdicio xD Y ahora, os dejo con la reseña ;)

Serie: Bajo el cielo eterno (1/3)

Nombre: Bajo el cielo eterno

Autor: Veronica Rossi

Páginas: 400

Editorial: B de Blok

Reseña: (Sin spoilers)

Aria vive en Ensoñación, una de las cúpulas subterráneas que fueron creadas para sobrevivir a las tormentas de éter. Nunca ha salido de allí, como ninguna de las personas que viven allí. No pueden salir a la superficie, pues sus cuerpos ya no están preparados para sobrevivir pero, después de arriesgarlo todo para averiguar qué le ha ocurrido su madre, Aria será expulsada a la Tienda de la Muerte. Allí se encontrará cara a cara con sus peores pesadillas, los Salvajes, en concreto con Perry que es todo lo que esperaba y más. Sin embargo, Aria está decidida a encontrar a su madre, y Perry a reparar el daño que ha causado, para lo que se necesitarán mutuamente,  y mucho más de lo que esperaban.

Mi opinión: (Con spoilers)

La historia

Este es un libro que, por lo que he podido ver, casi todo el mundo adora. O, al menos, lo hace en mayor o menor medida. Sin embargo, y algo me dice que sabéis por dónde van los tiros, a mí no ha terminado de convencerme. Aria es una residente, una chica que vive bajo tierra, como todos los humanos que acabaran encerrados en cúpulas por culpa de las tormentas de éter. Como todos los demás, nunca ha visto la superficie, que resulta mortal para ella, y vive perennemente en una realidad virtual diseñada para que se entretengan. Sin embargo, su vida cambia el día en que su madre desaparece sin dejar rastro, y ella está convencida de que le ha pasado algo malo. Nadie le cuenta la verdad, por lo que decide abordar a Soren, el hijo de uno de los líderes, quien debería tener la información suficiente como para ayudarla. Por desgracia, las cosas no salen como planeaba y un gran incendio se desata en una de las cúpulas. Perry es un Salvaje, perteneciente al pueblo de los Mareas. Lo que él más desea es poner a su pueblo a salvo, pero eso solo podría conseguirlo siendo el jefe y no es posible, pues es su hermano el líder, y solo podría quitarle el puesto matándolo o desterrándolo. Perry será muchas cosas, pero no puede matar a su hermano, dejando huérfano a su sobrino, y tampoco puede desterrarlo, con Garra tan enfermo como está. Pero cuando Garra es secuestrado por su culpa por los residentes, Perry no tendrá más remedio que ir a buscarlo. Así es como se encuentra a Aria, una residente, y ambos resultan ser exactamente lo que el otro espera. Por mucho que se odien mutuamente, necesitan la ayuda del otro, y tendrán que buscar la forma de soportarse.

El libro tenía buena pinta. Muy buena pinta, en realidad, pero no terminó de ser lo que yo esperaba. La trama en sí es sencilla, Aria busca respuestas al paradero de su madre y a todo lo que ha pasado antes de morirse por estar en la superficie, y Perry quiere su ayuda para encontrar la forma de rescatar a su querido sobrino Garra de las manos de los residentes. No hay mucha más trama de la que ya os he contado, aunque sí que es cierto que poco a poco ciertos detalles que parecían sencillos se van complicando ligeramente. Por desgracia, el libro no me resultó tan interesante como yo esperaba y, si bien el libro estaba bien, no tanto como a mí me habría gustado. Tiene varios toques curiosos y que la diferencian de otras historias, como la realidad virtual en la que vivía Aria. Sin embargo, esto se puede convertir en un arma de doble filo y en este caso, se han convertido en una. No se explica lo suficiente, no tanto como me habría gustado. No pillo cómo comen o cómo leches han creados los mundos esos, y la autora tampoco da muchos detalles. Tan solo te dicen que han ido evolucionando para hacer más realistas, pero no hay muchos más detalles. Por otra parte, las habilidades de los Salvajes también son interesantes, pero me resultaba todo demasiado confuso. Al principio Perry hablaba de ellos como si tú también las conocieras y yo estaba que me tiraba de los pelos porque no pillaba nada. Tampoco entiendo por qué algunos lo tenían y otros no, o cómo aparecieron al principio. Otra cosa que queda sin explicar son las tormentas de éter, cómo aparecen, cuándo, quién decidió que era buena cosa imitar a los topos… Todas esas cosas que, aunque pueden parecer insignificantes, podrían suponer la diferencia entre un mundo plano, y otro rico en detalles y matices, con una historia propia que lo diferencia de otros. Claro que yo podría ser una tiquismiquis, sin duda, pero habría sido una tiquismiquis feliz si lo hubiera habido en tanto que, ahora, estoy más bien decepcionada…

Los personajes son diferentes entre sí, y, por tanto, me han caído de distinta manera. Ninguno de los protagonistas es santo de mi devoción, pero debo reconocer el gran cambio que ha experimentado Aria. Al principio yo me sentía frustrada en grado superlativo y si no, que le pregunten a Auri, que no me había visto así desde Efusión… Aria es una protagonista tonta. Pero tonta tonta tonta. Más tonta que caerse de espaldas. De verdad, que mujer más inútil. Esta sí que no había hecho en su vida ni la o con un canuto y se notaba. Vaya si se notaba. Vamos a ver, imbécil, si vas a un sitio que no conoces y donde cada paso en falso puede llevarte a la muerte, ¿¿¡qué haces llevándole la contraria al que ha vivido ahí toda su vida!?? ¡¡Pero si has vivido en un mundo virtual!! ¿¿Qué sabrás tú del mundo real?? De verdad, cada vez que le llevaba la contraria y la cagaba, me entraban menos ganas de seguir leyendo. Sobre todo porque no lo hace una ni dos veces, si no de forma reiterada y continua. Y cuando él la ayudaba y se portaba bien, ella se dedicaba a insultarle y todo: Salvaje esto, Salvaje lo otro… ¿Y qué si es un Salvaje? No se te ha comido, no te ha violado, no te ha herido… Es más, te cuida y te ayuda. ¿Qué más quieres? ¿¿Un maldito servicio de habitaciones?? Por suerte, Aria acaba recapacitando, pero os aseguro que estuve a punto de tirar el libro por la ventana, y dudo que me hubiera arrepentido. Es que su actitud me parecía horrible, como cuando le baja la regla y empieza a decir que eso solo le pasa a los animales. Eh, ¿hola? Tía, ¡que eres humana! ¡Tú también eres un animal! Deja de mirar por encima del hombro a todo ¡y apechuga! Durante de miles de años las cosas han sido así, de modo que deja de quejarte, que nadie se muere por eso. Y, vale, puede que fuera algo dura con ella, pero me tenía harta. Si hubiera podido, le hubiera dado un sillazo. O dos, que se los estaba buscando…

Perry no es que fuera un mal personaje, es que no terminó de llegarme. Es muy reservado, y cuesta un poco pillarle el punto, sobre todo al principio, cuando tiene esa obsesión por ser el jefe. Por una parte lo entiendo, pero se hacía un poco cansino que siempre volviera a lo mismo. Sin embargo, su amor por Garra, que es casi palpable, lo humaniza y hace que se pueda conectar un poco mejor con él. Pero lo dicho, no terminó de convencerme. Quién sí me gustó más fue Rugido, el mejor amigo de Perry, porque me parece un personaje genial, que daría cualquier cosa por sus amigos y, además, sirve para relajar el ambiente y, bueno, es el personaje que más me ha gustado, aunque tampoco es que fuera muy difícil, porque los otros, o me daban igual, o no los soportaba ejemAriaejem.

Y ahora llegamos a mi mayor problema con la historia. ¿Creíais que era Aria? Jeje, pobres ingenuos, no tenéis ni idea… ¬¬ Mi mayor problema es el romance. No, no es un instalove, ya solo faltaría eso, pero es un romance muy extraño que no se me ha hecho creíble. Se va creando lentamente, y al mismo tiempo, no lo hace. Me explico. Al principio, no parece probable que vaya a haber un romance, de no ser porque nosotros ya lo sabemos (es de lo más obvio). Pero el odio y los prejuicios que ambos protagonistas sienten por el otro te llevan a dudar de que vaya a haber una relación al menos, no en este libro. Por desgracia, lo hay, y es un romance cojo, que flaquea en varios puntos. En primer lugar, el ritmo que tiene. Sigue una curva extraña. Al principio es plano, no hay amor. De repente, hay un pico y, de una página a otra, surge la atracción. Raro, pero aceptable. Así se queda la cosa, sin avanzar nada hasta que, de repente, vuelve a haber otro pico y ya están perdidamente enamorados y sufriendo porque sus diferencias no les permitan estar juntos. Eeeh… No. Para nada. Señora Rossi, usted no va a conseguir que yo compre este amor. Surge de la noche a la mañana y no tiene razón de ser. Se mete con calzador, demasiado pronto. Habría sido mucho mejor que surgiera más avanzado el libro, cerca del final si de verdad quería incluirlo, pero no a la mitad, y porque le parezca oportuno. Lo siento mucho, pero resulta muy poco creíble y arruina parte de la historia.

En definitiva, el libro no es que esté mal, es que tiene varios detallitos que suman y suman y han terminado por dejarme insatisfecha. Muy pocas explicaciones o explicaciones que llegan a mitad de la historia cuando uno ya está liado, una protagonista inútil a la que le falta una meninge o un amor que no hay donde cogerlo son algunas de las cosas que no me han gustado. Partía de una buena base, y prometía bastante, pero lamentablemente, no ha sido lo que esperaba. Sí que es cierto que el final es interesante, y que Aria evoluciona bastante, pero no creo que esto sea suficiente como para conseguir que yo retome la trilogía. Lo lamento, pero no ha terminado de convencerme.

Los personajes

Aria, una residente. Comienza siendo una niña asustadiza y llorica, que lleva la contraria por sistema y que no es más tonta porque sería delito. Por suerte, un par de desgracias consiguen meterle algo de sentido común en la cabeza y se convierte en un personaje medio decente. Está decidida a encontrar a su madre, por lo que no duda en abrirse paso en la superficie, a pesar de que no tardará en morir allí.

Perry o Peregrino, un Salvaje. Aunque no termina de ser lo que Aria esperaba, muchos de sus leyendas son ciertas y Perry, con sus dones y su forma de ser, tan primitiva y agresiva, la asustan. Sin embargo, hay mucho más por debajo de lo que parece, y es que Perry es, en el fondo, un chico que está preocupado por su familia y su gente, que haría lo que fuera necesario para ayudarlos, lo costara lo que le costara.

Lo mejor

El final, donde hay algunos giros interesantes, y la evolución de Aria.

Lo peor

El amor, que resulta cogido con pinzas, y Aria, que es un personaje insoportable y quejica la mayor parte del libro.