Winter - Marissa Meyer

Casi un año después de terminarlo, vengo hoy con la reseña que cierra el ciclo de Las crónicas lunares, una saga que ya llevo sus años leyendo. Querría haberla subido antes pero la pereza es muy mala consejera y no es hasta ahora que he decidido ponerme seria y reducir las más de 20 reseñas pendientes que he hecho esta. Espero que os guste. ¡Un beso!

Saga: Crónicas Lunares (4/4)

Nombre: Winter

Autor: Marissa Meyer

Páginas: 823

Editorial: Puffin

Reseña: (Sin spoilers)

Winter es la princesa de Luna y la hijastra de la reina, Levana. A pesar de su locura y horribles cicatrices, es admirada su belleza, que se dice supera a la de la propia Levana. Winter odia a su madrastra, y sabe que los sentimientos son mutuos. Sin embargo, Winter no es tan débil como todos los demás creen y, junto con Cinder y sus aliados, puede que logren derrocar a Levana y acabar con su reinado del terror.

Mi opinión: (Con spoilers)

La historia

Winter es la princesa de Luna, hijastra de la reina Levana, y la primera que ha sufrido su crueldad y desprecio. A causa de las cicatrices que le cubren la cara y la locura que sufre, Winter es objeto de burla constante. Sin embargo, nada de ello impide que Levana la odie y envidie por su belleza, que se dice que supera con creces a la de su madrastra. De todas formas, Winter es mucho más que una cara bonita: no es tan débil como todos, y especialmente Levana, creen, y, unida a Cinder y los demás puede acabar con el reinado de Levana. Por desgracia, no será nada fácil, ya que el control que Levana tiene sobre Luna es absoluto, y de ninguna manera va a renunciar a él. Además, Levana sigue teniendo ases en la manga, y sabe cómo puede controlar a Winter, consciente de que tiene aliados. La guerra se acerca, y Levana está dispuesta a hacer de todo para no perder su trono, independientemente de lo que eso suponga para su gente, su país o la Tierra.

Hace demasiado que leí este libro pero no quería no reseñarlo, así que perdonad si en algunos puntos se me olvidan las cosas. Se hace lo que se puede y aunque tendría que haberlo reseñado hace casi un año no tuve ocasión y no quiero dejarlo sin reseñar. Era un libro al que le tenía bastantes ganas y mucho miedo, por lo que lo dejé esperando casi seis meses antes de ponerme a leerlo. Y es que, aunque la saga no es de mis favoritas, es una que me ha gustado mucho y que he disfrutado enormemente a lo largo de los libros. Este libro se basa en Blancanieves, y la verdad es que está clara la diferencia entre el primer libro y este, cómo la autora ha evolucionado y mejorado en los retellings. No es que Cinder fuera malo, pero era mucho mayor la similitud y lo hacía mucho menos sorprendente que Winter. Se siguen viendo las similitudes, puedes ver en qué libro se ha inspirado, pero ha sabido darle su toque personal, y aunar los cuentos clásicos con la ciencia ficción tiene su mérito. Como libro es enorme, con más de 800 páginas y es, diría yo, el libro que más acción tiene. Sin embargo, creo que la relación entre acción y longitud es mayor en Scarlet que en Winter. ¿Qué quiero decir? Pues que Winter tiene más acción pero por ser más gordo, y se me quedó un poco corto para mi gusto. Esperaba un poco más, es el último libro y quería más acción. Probablemente debería haber tenido en cuenta que Marissa Meyer no se caracteriza por tener unos libros trepidantes. Te engancha, quieres saber más, pero nunca destacaron por su gran acción o sus peleas. De todas formas, yo esperaba algo más, porque es el último libro, porque llega el final y se aproxima la guerra, y esperaba un pelea mucho más épica, al fin y al cabo, Levana no iba a rendirse y estaba rodeada por mucha más gente, con todo lo que ello conlleva.

Winter, la protagonista, es muy distinta a las que hemos tenido hasta ahora. Realmente, solo una de nuestras protagonistas, Scarlet, era de la tierra, todas las demás eran lunares y solo una, Cress, era un caparazón, pero Winter es la única lunar completa. Cinder no lo sabía, y en este libro sigue intentando controlar sus poderes. Winter, por su parte, es lunar y es consciente de ella, y sus poderes eran bastante importantes, lo que lo convierte en un personaje muy distinto a los anteriores. No tanto por tenerlos, sino por tenerlos y no usarlos. Y es que Winter, conscientemente, decidió no usar sus poderes y eso es lo que le provoca su locura, el no darle salida a sus habilidades. Y la pobre está absolutamente loca, tiene alucinaciones con las que habla y es complicado comunicarse con ella. Conforme vas leyendo compruebas que no está tan mal, o que ha logrado sobreponerse hasta cierto punto de su locura, pero esta sigue estando ahí, solo que por rachas. Winter es un personaje que me ha encantado. Es muy diferente a los lunares a los que nos hemos encontrado hasta ahora, porque se niega a manipular a la gente y a usar sus poderes para lograr lo que quiere (y eso que podría muy bien manipular a la mayor parte de la gente que está por ahí y que se dedica a abusar de ella a causa de su enfermedad). Es un personaje que en algunos momentos me ponía un poco nerviosa, pero que inspira ternura (me pasaba un poco como a Scarlet, diría yo). Winter, además, siempre ha estado enamorada de Jacin, un guardia de palacio, y es un personaje que ha estado presente desde hace bastante en la saga. No solo era el guardia de Sybil, la querida Sybil, también tuvo su protagonismo en Cress. Jacin me ha gustado mucho. Quiere a Winter con todo su ser, y hará lo que sea por ella. Solo quiere que se cure, que deje de sufrir por no usar sus poderes y es por eso por lo que está con Cinder. No realmente porque crea en su causa, sino porque sabe que si Levana sigue en el trono, es solo cuestión de tiempo que Winter muera. Sin embargo, cuando Jacin vuelve a palacio tras el final de Cress, sabe que ha perdido la confianza de la reina. Y la reina, tan maja ella, le dice que puede recuperar su confianza… Si mata a Winter.

El odio hacia Levana que ha acompañado durante toda la saga se hace mucho más presente en este libro. Y es que antes, aunque Levana seguía allí, era una figura un poco más “lejana”: aparecía de vez en cuando, y la odiabas mucho, pero aquí, durante todo el principio, Levana es una figura continua, que está siempre presente. Y como es el último libro, pues evidentemente ella no puede estar desaparecida en combate, sobre todo porque gran parte del libro se desarrolla en Luna. Conocemos al fin Luna, y se acerca la tan temida boda entre el emperador Kaito y la emperatriz Levana (porque era en este libro, ¿verdad?). Que asquito, en serio. Me da mucha pena Kai al pensar que se tenía que casar con ella, que es, además, la tía de su novia. Pobrecito. Por supuesto, mi mayor preocupación en este libro era Scarlet, que la pobre no tenía un buen futuro por delante al acabar el tercer libro. Y, bueno, sigue sin tenerlo en este, pero al menos cuenta con Winter, sirva eso para lo que sirva. Scarlet se ha convertido en uno de mis personajes favoritos, junto con Jacin y Lobo. Y hablando de Lobo, no me gustó el final con lo que le pasó. A ver, era obvio que aquí iban a acabar todos vivos, porque en estos libros los protagonistas no se mueren, no es posible. Ahora bien, nadie dijo que todos tuvieran que acabar el libro enteros y ese es el caso aquí. Y vale, que secuestran a Lobo y experimentan con él, pero me hizo mucho daño lo que le hicieron. El pobre, que es más bueno que el pan, y van y hacen que no quiera acercase a nadie. Que penita me daba y cuánto odio a Levana y a sus traumaturgos…

Sobre el final, esperaba algo más épico. Bastante más. La lucha está bien, y hay muerte (aunque no me hizo gracia que el alfa aquel se muriera, la verdad), pero esperaba algo mucho más épico, algo que me hiciera estar en tensión, y no recuerdo que eso ocurriera, y es una pena. Y, bueno, el final final, lo que hizo que no me hiciera mucha gracia. Siempre fue bastante obvio que iba a haber un problema para que Cinder y Kai acabaran juntos porque cada uno tenía un reino del que ocuparse. Y a ver, aunque puedo entender que la mejor solución a ese problema era lo de la República ya que, como dijo Cinder, era la única forma de asegurarse de que eso no volviera a pasar, pero no termina de convencerme, la verdad. Me pareció un final demasiado fácil, y yo esperaba algo más apoteósico. Me dejó un poco vacía. Y, para cerrar la reseña, tengo que hablar de Iko. Iko es un personaje que es absolutamente genial, y de la que me encantaría saber más (me he enterado de que va a haber una novela gráfica sobre ella y creo que también el soldado ese que apareció de repente, y probablemente lo lea). No deja de sorprenderme lo mal que la tratan algunos (como dicho soldado) y como es ella de verdad, es una verdadera amiga que jamás ha abandonado a Cinder, que en ningún momento ha dudado de ella, incluso cuando la propia Cinder no confiaba en sí misma, y por ello Iko es otro de mis personajes favoritos. Todos deberíamos tener a una Iko en nuestras vidas (y serlo nosotros mismos, sinceramente).

Winter ha sido un buen final de saga, pero del que esperaba más. Esperaba un final más apoteósico, que por desgracia se me quedó en menos de lo que esperaba. Disfruté bastante con Winter y Jacin, fueron personajes que me gustaron mucho, y por lo general me gustó cómo finalizaban las tramas, salvo un poco la de Scarlet y Lobo y la de Cinder y Kai. Por lo demás, aunque ha estado bien que hubiera más Levana y conocer Luna, me habría gustado que hubiera habido más acción o que la gran pelea final, esa que llevamos esperando tres libros, hubiera sido un poco más grande, sinceramente. Por lo demás, las Crónicas lunares son una buena lectura, que sin duda recomiendo.

Lo mejor

Winter y Jacin me han gustado mucho. Y los personajes merecen mucho la pena.

Lo peor

Esperaba algo más de acción y el final no terminó de convencerme en algunos detalles.